Era 1 de septiembre y la expectativa se sentía en el aire. Miles siguieron el mensaje de Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México, mientras resumía su primer año de gobierno. Su tono fue firme: “Estamos transformando al país con resultados tangibles”. Y las cifras comenzaron a hablar.
Avances que rompen récords
- Pobreza: bajó de 41.9% a 29.5%, el nivel más bajo en cuatro décadas.
- Energía: operación de nuevas centrales en Guanajuato y San Luis Potosí con 1,364.3 megavatios.
- Hidrocarburos: producción nacional de 1.716 millones de barriles diarios, acercándose a la meta de 1.8 millones.
- Medio ambiente: acciones contra la contaminación y a favor del clima.
- Reforma judicial: avance en implementación y conclusión de obras pendientes.
- Seguridad: 21,751 denuncias procesadas a través de nuevos canales de atención.
Un mensaje de justicia social
Sheinbaum subrayó que cada acción responde a un principio: construir un gobierno sensible, cercano y justo. El énfasis estuvo en reducir desigualdades, proteger el medio ambiente y garantizar que el crecimiento económico llegue a las familias mexicanas.
El reto por delante
El discurso dejó claro que el camino apenas comienza. La mandataria advirtió que no se trata de cifras para presumir, sino de bases para consolidar cambios estructurales que impacten en la vida diaria de millones.
Cierre con fuerza
El Primer Informe mostró luces de un país que busca transformarse. Pero la pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿podrá mantener este ritmo en los próximos años o se quedará en promesas de arranque?
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