Hace unos días, una madre en Ciudad de México contó que su hijo de 11 años ya necesita insulina por la diabetes tipo 2. “No sé cómo pasó tan rápido, pero los doctores me dijeron que el consumo de refrescos lo aceleró todo”. Historias como esta se repiten en miles de hogares y son la razón por la que el Gobierno decidió tomar medidas radicales.
Un peso más caro, pero con un costo menor en salud
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el aumento al IEPS será de un peso adicional por litro. “No buscamos recaudar, buscamos salvar vidas”, afirmó durante su conferencia matutina.
Las medidas clave
- Impuesto IEPS: +1 peso por litro a bebidas azucaradas.
- Campaña nacional: “Vive saludable, vive feliz” en TV, redes, videojuegos y espacios públicos.
- Medicina inteligente: Telemedicina y protocolos con IA para tamizaje y seguimiento.
- Estrategia renal: Tratamientos avanzados contra diabetes, hipertensión y enfermedades renales.
El espejo internacional
México no está solo: en Reino Unido, Sudáfrica y Chile, el consumo de estas bebidas cayó entre 21% y 30%. En Berkeley, California, la reducción alcanzó un sorprendente 52% en tres años.
El costo de mirar hacia otro lado
La estadística duele: 4 de cada 10 consultas en el IMSS están relacionadas con enfermedades ligadas al sobrepeso y la obesidad. Cada año, 100 mil muertes por diabetes, 27 mil amputaciones y más de 100 mil personas ingresan a diálisis.
La reflexión es inevitable: ¿seguiremos permitiendo que un litro de refresco pese más que la salud de nuestras familias? El debate apenas comienza y tu opinión importa. Déjanos tu comentario. ¡Queremos tu voz!
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