Un niño sostiene una bandera blanca hecha con una sábana rota, mientras detrás de él una ciudad se reconstruye entre el polvo. “El sufrimiento debe terminar”, repite la voz de una mujer al fondo, con los ojos húmedos pero firmes. Así se siente hoy el mundo tras el anuncio del acuerdo de paz entre Israel y Hamás, impulsado por el presidente Donald Trump: un respiro que muchos temen que sea efímero, pero que todos desean creer.
Europa y Reino Unido: esperanza con reservas
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue contundente: “El sufrimiento debe terminar”. Su mensaje, más que diplomático, sonó a súplica global. En Londres, el primer ministro Keir Starmer celebró el avance y pidió levantar las restricciones a la ayuda humanitaria en Gaza. Ambos líderes coincidieron en algo esencial: la paz no se decreta, se construye.
- Apoyo internacional: ONU, UE y Reino Unido celebran el acuerdo.
- Medidas inmediatas: liberación de rehenes, alto al fuego y corredores humanitarios.
- Reacciones mixtas: alivio global, pero también sospechas de oportunismo político.
¿Tregua o estrategia?
El contexto no podría ser más complejo. Trump, en plena campaña internacional, se coloca como mediador en una crisis que ha desbordado décadas de diplomacia. ¿Es un gesto genuino o una jugada para ganar protagonismo global? Mientras tanto, miles de civiles siguen contando los minutos entre el silencio de las armas y el miedo al próximo bombardeo.
En los barrios de Gaza, el anuncio fue recibido con lágrimas y abrazos. Pero también con cautela. “Ya hemos vivido muchas treguas que se rompen antes de dormir”, dice un padre desplazado en un video viral. La esperanza convive con el escepticismo, y la paz parece, todavía, una promesa frágil.
Gaza: entre el dolor y la esperanza
Las imágenes que recorren el mundo muestran la dualidad del momento: niños jugando entre ruinas, madres rezando en los hospitales, voluntarios repartiendo pan y agua. En medio del caos, una palabra resiste: esperanza. Porque incluso en la devastación, el ser humano busca reconstruir.
La pregunta es inevitable: ¿será esta la tregua que cambie el rumbo de la historia o solo un capítulo más en el ciclo del dolor? Lo cierto es que, por primera vez en mucho tiempo, hay una pequeña ventana abierta hacia la reconciliación.
En EsAhora.AM creemos que la paz no se firma, se practica. Se construye con empatía, con justicia y con memoria.
¿Será esta la oportunidad que el mundo no debe dejar pasar?
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